El amigovio de mi amiga Juliana

El amigovio de mi amiga JulianaEl amigovio de mi amiga JulianaDespués de finalizar la secundaria, mantuve unos años de amistad con una de mis compañeras, Juliana; una hermosa y sensual morocha que despertaba mis ratones bisexuales, pero ella se mantenía en una postura hetero, por desgracia para mi sexualidad?Juliana salía con un lindo chico, un cordobés muy simpático y buen mozo, elegante y muy caballero. Ella me contaba que además tenía una verga enorme y que le hacía ver las estrellas cada vez que la cogía.Ese era el tema de conversación cada vez que nos reuníamos con otras amigas y compañeras, el tamaño de la famosa verga de Manuel, el noviecito de Juliana?En algunos encuentros del grupo, me pareció que Manuel me miraba demasiado; casi con deseo o lujuria; pero solamente era mi impresión.Hasta que finalmente no soporté más la forma en que Juliana describía las proezas amatorias de su novio y entonces? decidí intentar verificar si eso era verdad o ella exageraba.Según Juliana, el tipo era un amante de primera, un auténtico semental, incansable?siempre sediento de sexo y con la pija dura y erecta durante horas y horas??La tiene así de grande? Contaba Juliana separando las palmas de sus manos unos treinta centímetros, y formando con sus dedos un anillo bastante abierto, como para decir que también la tenía muy gruesa??Cuándo me coge, siento como si me partiera al medio? Graficaba mi amiga, haciendo que yo me humedeciera de solo imaginarlo?También me contaba que, pese a ese desmedido grosor y tamaño que portaba, le daba hasta por el culo y que generalmente le acababa en la boca y ella se tragaba toda la leche, que el tipo le soltaba en forma de catarata cremosa y caliente. Ese detalle al tipo lo enloquecía. ?Nunca me sentí tan bien cogida? Aseveraba Juliana; la verdad es que se le notaba en la mirada. Obviamente que con todo lo que me contaba, me entraron unas ganas terribles de probar a semejante máquina de coger, tal como lo describía mi amiga. Me provocaba un poco de cargo de conciencia; por un lado no quería engañarla a ella porque era una muy buena amiga; pero por el otro?sentía unos deseos irrefrenables de comprobar sus intimidades con semejante semental?Una tarde al salir temprano de la facultad, caliente como una hoguera, no me aguanté más y fui a esperar a Manuel a la salida de su trabajo. En algún momento Juliana me había comentado ese detalle y me quedó grabado en mi memoria, como si supiera que en algún momento necesitaría esa información. Tampoco me iba a regalar tan fácilmente, como para que este tipo no pensara que yo era una puta barata; así que decidí intentar que pareciera un encuentro casual y que él diera el primer paso para levantarme y después?Al verlo salir de su oficina, avancé por la vereda y me crucé con él de frente, disimulando no haberlo reconocido. Pero por supuesto Manuel reparó enseguida en mis largas piernas, mi minifalda y mis tacos altos??Anita!, qué sorpresa? qué estás haciendo por aquí??? Preguntó sonriendo.?Vengo de visitar a una amiga que vive por esta zona? aquí queda tu oficina?? Le pregunté, haciéndome la tonta?Me dijo que efectivamente era en ese edificio y como si nada siguió diciendo si aceptaba tomar un café para celebrar el encuentro; acepté naturalmente, pero le pregunté por Juliana, sabiendo que ella salía mucho más tarde de la facultad.El muy turro me hizo una guiñada cómplice, diciendo que su novia estaba ocupada hasta tarde?Fuimos hasta un bar cercano y, café de por medio, conversamos animadamente sobre distintos temas, como si fuéramos realmente dos grandes amigos. En determinado momento tuve que ir al baño para secarme la densa humedad que me estaba brotando de mi concha. Mi tanga estaba ya tan mojada que decidí quitármela?Solamente por estar al lado de ese tipo me estaba excitando terriblemente; lo que me preocupaba era que se me notara demasiado y él se diera cuenta de mi desesperación y calentura por cogerPero entonces recordé en un rápido flash mi amistad con Juliana y decidí que ella no se merecía semejante traición. Así que al regresar a la mesa, le dije que se me hacía tarde y debía irme?Manuel muy caballero, se ofreció a acompañarme un par de cuadras. No habíamos hecho ni siquiera una, cuándo muy suelto de cuerpo me disparó sin anestesia:?Anita, en realidad, me encantaría llevarte a un telo? qué te parece??Me quede petrificada. Era obvio que se había dado cuenta de lo caliente que estaba con él. Pero ya no me interesaba lo que él pudiera pensar o la traición a mi amiga? Tenía muchas ganas de probar semejante macho. Apenas pude responderle mirándolo a los ojos: ?Me gustaría mucho coger con vos??Caminando como dos conocidos, sin tomarnos de las manos, ya que eso era apenas lo que éramos y entramos al primer albergue transitorio que pudimos encontrar. Apenas entramos a la habitación, nos enredamos en un apasionado abrazo, besándonos con frenesí, dándole rienda suelta a esa lujuriosa atracción que parecía provenir por ambos lados.Nos arrancamos la ropa a manotazos, sin dejar de comernos las bocas y así desnudos caímos sobre la cama.Mi amiga no había exagerado para nada; Manuel realmente portaba una verga de un tamaño colosal? por un momento pensé que podría desgarrarme si intentaba meterme eso en mi concha.Tomé su enorme verga entre mis manos y me la metí en mi boca, lamiéndola y chupándola con todas las ganas, mientras Manuel me aferraba por los cabellos y me obligaba a comerme esa cosa bien profundo en mi garganta?Después de un buen rato de tragarme su pija, Manuel finalmente me empujó de espaldas sobre la cama y se ubicó entre mis muslos abiertos y expectantes. ?Qué hermosa conchita, bien mojada, como a mí me gustan?? Dijo mirando hacia abajo.Entonces tomó mis tobillos y los colocó sobre sus anchos hombros, diciéndome que iba a sentir una penetración bien profunda?Sin andarse con más vueltas, se impulsó hacia adelante y me empaló con su enorme verga de un solo empujón? bien hasta el fondo y realmente profundo.Ya dentro de mi ahora dilatada vagina, comenzó a moverse en una forma implacable, dándomela con todo, bombeando puro placer a través de todo mi cuerpo?Me la metía toda, haciéndome sentir la energía de sus penetraciones que se aceleraban cada vez más, a medida que aumentaba el ritmo del bombeo.Enlazando mis piernas alrededor de su agitado cuerpo, yo lo retenía dentro de mi concha el mayor tiempo que me fuera posible, sintiéndolo pulsar en mi interior, cada vez más adentro, cada vez más hondo, cada vez más y más potente.Recordé lo que me contaba Juliana, mientras ahí, encima de mi cuerpo, su novio me cogía de manera implacable, casi furiosa, arrancándome una verdadera andanada de orgasmos seguidos, uno detrás del otro, sin pausa ni interrupciones. Después de mi cuarto orgasmo se salió de mi concha y me hizo girar para ponerme boca abajo. Mientras yo recobraba un poco la respiración, Manuel se embadurnó la verga con abundante jabón líquido para que actuara como crema lubricante y me perforó el culo; por supuesto, sin demostrar nada de piedad ni conmiseración alguna.Me partió al medio de un solo embate; su pija entraba y salía de mi culo con mucha facilidad, mientras yo estaba en cuatro patas, con la cola en el aire, bien levantada, ofreciéndome sin renuencia alguna a esa enorme verga que laceraba y estremecía todo mi cuerpo; pidiéndole a gritos que me cogiera más y más... Me dio por el culo hasta el cansancio, provocándome otros dos orgasmos mientras sentía esa pija dura entrar y salir de mi ahora bien abierta puerta trasera?De pronto Manuel me dio unas palmadas en mis nalgas y se salió de mi culo. Entonces me hizo girar y me metió su magnífica verga en mi boca, para tragarme toda su leche, que estaba a punto de explotar?Me atraganté con su esperma, bebiendo hasta el último sorbo de semejante manjar.Terminé bastante maltrecha, pero feliz de haber probado semejante macho. Juliana no exageraba para nada. El tipo era una verdadera máquina de coger?Fue por única vez, ya que unos meses más tarde, Juliana y Manuel se casaron muy felices. En su fiesta de casamiento conocí a Víctor y desde entonces comencé a coger muy, muy bien con quien se convertiría en mi esposo.Pero el recuerdo de esa verga increíble es algo imborrable?