Encuentro casual. Ella (I)

Encuentro casual. Ella (I)
Aque días sus amigas la habían dejado colgada. Tendría que ir a la clase de aerobic sola. Realmente detestaba ir sola con todas aquellas tías ultra musculadas que iban a todo trapo, pero aquellas clases eran muy caras y no quería perder ni una.

También había otro motivo. Con sus amigas no podía intentar conocer a ninguno de los chicos del gimnasio de los que le gustaban. Tenia unos gustos un poco especiales, y si iba con ellas era imposible, pues ellas solo iban a por los narcisistas que solo ligaban por subir su ego.

A ella le gustaban los hombres un poco más mayores, entre 10 y 15 años más mayores. Que aun se vieran jóvenes, pero con la experiencia marcada en el cuerpo. Los jóvenes guapos y fuertes le ponían, no podía engañarse, pero la experiencia le había enseñado que los mayores eran los que realmente la volvían loca. Quizás todo fuese culpa de la gran cantidad de hentai que había consumido desde que despertó su libido. Era fan del manga y el anime desde muy pequeña, y cuando llego a la adolescencia, descubrió poco a poco, el curioso mundo de la pornografía japonesa. Le gustaban sobretodo las historias de amor entre colegialas y profesores, o adultos en general. Chicas sumisas que eran conquistadas por adultos que querían algo diferente. Esas historias le gustaban independientemente del nivel de sexo que tuvieran. Incluso le habían gustado (y excitado) las versiones más hardcore con violencia, sangre y delincuencia. Entendía que aquellas historias tenían todas algo que explicar y no las juzgaba antes de tiempo.

Alguna vez había intentado realizar alguna fantasía con algún novio de su edad, pero había sido un desastre. El nivel de excitación no era el deseado. Ella no se excitaba tanto como con las películas o los cómics, y el chico siempre pensaba que había conseguido una victoria fácil y se le iba la cabeza a las nubes muy rápido. Por eso su fantasía desde hacia mucho era con un hombre mayor. En dos vertientes, seducirlo ella y ponerlo en un compromiso, follando simplemente porque el no pudiera aguantar la excitación, o follar porque él la conquistara y dejarse hacer completamente sumisa, dominada por un hombre con carácter y experiencia.

Ese día pues, era la oportunidad perfecta para poder sentar las bases de una de sus posibles victimas. Hombres como los que buscaba, a la hora ala que iba, habían varios. Y había decidido que ese día, se acercaría a uno de ellos, al que viera más accesible de los que estuviesen ese día.

Todo fue normal y soso antes de entrar antes de entrar en la clase, pasando por el pasillo de acceso a la sala cerrada, vio a la distancia uno hombre que la miraba fijamente casi babeando por sus curvas. Le dio una especie de calambre en todo el cuerpo.
Aquel hombre en concreto, debería tener poco más de 30 años. Casi se iba de su margen de edad, pues para ella, con 18, más de 30 eran muchos. Lo había visto pocas veces y siempre lo descubría mirándola. Eso la ponía cachondisima, pues le parecía muy atractivo con su barba y su pecho ligeramente peludo. Lo había observado otras veces, y descubrió que no miraba a sus amigas, ni a la mas buena que se ponía siempre muy extremada para intentar ligar. Solo la miraba a ella. Quizás su trasero, o sus pechos, le ponían, de forma diferente que el de otras. Eso a ella le resultaba especialmente excitante.

Aquel sería su victima. O como mínimo, intentaría conocerlo.

Pasó el resto de la clase vigilandolo, buscándolo con la mirada, aunque era muy difícil desde aquella sala ver la zona de musculación. Le perdió la pista de forma definitiva cuando termino la clase, y salió disparada en su búsqueda, si lo pillaba en una zona de descanso, tendría la mejor oportunidad para salir en su encuentro.

No lo encontraba, no estaba en la zona de descanso, ni en las otras salas.

- ¿en la piscina? - pensó en voz alta.

Era el mejor sitio para encontrarse con él, pero ella no tenia bono para la piscina. Si él iba tendría que pasar de sus amigas y apuntarse. Había una zona por donde acceder al acceso de la piscina y mirar a escondidas por una ventana. La suerte estaba de su parte, pues la mejor forma de acceder era desde un vestuario escondido que usaba muy poca gente.

Siguió el camino de los vestuarios, pasando de largo los otros más concurridos y grandes. Al girar la esquina encontró un pasillo corto donde habían unos cuantos más. Aquellos últimos vestuarios, sabia que eran usados por grupos de estudiantes, o clases especiales que se preparaban en el gimnasio. No tenían un uso definido, y solían estar cerrados. Sus amigas los descubrieron y desde entonces eran los que usaban.

Entró poco a poco, por si había alguien. Tenía las cosas aún en la taquilla y no quería que la sorprendieran espiando en la piscina. Si había alguien era mejor no levantar sospechas. No vio a nadie y entró. Escuchó el ruido de la ducha, y pensó que debería haber alguna otra chica, si se daba prisa, podría ir a mirar y volver antes de que saliera. Pero observo algo raro en uno de los bancos, aquella ropa que había colgada no era de mujer. Es más, sabia de quien era, ere del hombre al que seguía.

Casi se le sale el corazón. ¿que hacia allí? Aquel era el vestuario de las mujeres, lo tenia clarisimo. Recordaba haber mirado el cartel que indicaba la disposición de los vestuarios rotatorios. Faltaba el rotulo de la puerta, eso significaba que aquel vestuario podría estar cerrado, pero si estaba abierto era para mujeres. Ella misma lo había usado al entrar.

Salió rápidamente de allí sin hacer ruido.

Como era que estaba allí? Se habría equivocado? La estaría esperando? En todo caso su libido subía y le exigía correr más riesgos. Si se encontraban en el vestuario, seria una situación embarazosa para ambos, pero tendría ella el control. Posiblemente fuese un momento clave para conseguir acercarse?. Y quien sabia, igual podría acabar en sexo.

Entró de nuevo.

Que debería hacer? Posiblemente mirar a ver si era él. Se acerco por un lado de la las duchas para intentar ver algo. Vio un cuerpo duchándose, pero apenas una silueta. Confirmaba que era un hombre, pero no si era quien buscaba.
Podría intentar algo más arriesgado, pero si no iba con cuidado podría verla. Desde el otro lado, era posible asomarse y mirar desde arriba. Solo tenia que subirse al banco y auparse un poco. No tendría buena visión, pero con un poco de suerte podría distinguirlo.

Le salió bien a la primera, tenia una visión perfecta, y creía que no la vería. Estaba un poco lejos, pero podía ver su cuerpo hasta la cintura, y si se movía, el trasero.

¿pero que estaba haciendo? Se estaba masturbando!!!!!

Hizo un gesto raro y en un momento salio del escondite que formaba una de las paredes, una polla enorme como dos de sus manos. La impresión y la excitación la hicieron bajar de golpe de allí y salir corriendo. Se dirigió a las taquillas con la cabeza dando vueltas. Tenia que relajarse, pues cuando estaba muy excitada se le ocurrían cosas muy locas.
¿que tenia que hacer? Entrar en la ducha y comerle la polla directamente? Meterse en la ducha como si nada y dejar que la descubriera desnuda?
No sabia que hacer.

Tomó sus cosas y tubo claro que debía dejar que el tomase la iniciativa, y si no la tomaba, atacaría ella. Pero pensaba follarse lo allí mismo. Esa enorme polla tenia que estar dentro de ella.

Entro de nuevo en el vestuario haciendo todo el ruido posible. Se coloco estratégicamente para ser vista desde la salida de las duchas, y comenzó a desnudarse. Se dio cuenta al entrar que la ducha ya no sonaba. Estaría apunto de salir.

Pero?.

Había observado que al entrar en la ducha, el hombre había dejado la toalla fuera. Así que el encuentro podía ser los dos completamente desnudos. Solo deseaba que no hubiera acabado de masturbarse.

Sintió que la estaban observando. No podía ser de otra manera. Llevaba mucho tiempo sin salir el agua. Quizás la había visto, y apurado estaba buscando la forma de salir de aquel aprieto. Dejo volar su imaginación, y quitándose las mallas, deslizó una mano entre sus piernas y se metió un dedo?.

Un escalofrío le recorrió el cuerpo. Pensar que podría estar mirándola, uffff? Se iba a correr de pie allí mismo, así que lo dejó.

Se giro de golpe. No estaba mirando. Donde estaba?

Se quito las bragas, y el sujetador y olvidándose de su propia toalla, entro en las duchas.

La forma rara de las duchas, casi de forma circular, con dos salidas, hacia que fuese fácil tener intimidad. El problema era que eran abiertas, no eran como las de otros vestuarios que tenían puertas individuales. Si entrabas por un lado, podrías encontrarte de cara con otro usuario. Y aunque no era normal, si hacías todo el recorrido de la ducha, podías ver a todos los que estaban duchándose. Por eso aquel vestuario era tan extraño. La gente había tomado la costumbre de entrar por un lado y salir por el contrario, y cuando entraba se iba al final de uno de los lados, para si, evitar encontrarse con nadie. El primero que entraba era el que más cerca tenia la salida. Al menos en teoría. Porque había quien daba toda la vuelta. Pero era algo extraño, y al final tampoco lo usaba mucha gente a la vez.

Decidió saltarse la norma, entrar por el lado contrario y forzar un encuentro fortuito. Pero en el primer tramo, no estaba. ¿Donde se había metido?

Aquellas duchas aveces parecían un laberinto. Si había salido de ellas, le daba igual fuera también podía atacarlo. Giro sobre si misma, y de golpe se encontró mirando un pecho ligeramente peludo. Lo de "de golpe" fue literal, pues realmente se toparon el uno contra el otro. Ella pudo sentir brevemente como la dura polla se estrellaba contra su vientre. A ella le corrió un pensamiento fugaz. Si llega estar en otra posición, aquella polla la empala.

Lo miró, sonrió, y tomo la polla con la mano?.. Era suyo.