Otro plomero en casa

Otro plomero en casa
Otro plomero en casa


Mi adorado Víctor tenía que viajar esa mañana. Yo estaba loca desde la noche anterior, porque algo fallaba en el sistema del termo tanque y me había podido dar una ducha con agua apenas caliente. Así que muy temprano me preparé para recibir al plomero que mi esposo llamó de urgencia antes de irse al aeropuerto.

Hacía varias noches que no cogía con Víctor y eso me tenía muy, muy caliente.
Apenas me quedé sola, aproveché para darme una buena sesión de autosatisfacción con mis dedos y un juguete de color negro bastante grande. Pensaba también en el plomero; ya que la última vez que habíamos tenido un desperfecto sanitario en casa, me había dejado totalmente satisfecha, no solamente por su trabajo profesional?

Cerca del mediodía tocaron a la puerta. Al abrir me decepcioné un poco, ya que, en lugar del plomero joven simpático y musculoso que atendía nuestras reparaciones habitualmente, en la puerta de calle estaba un hombre mayor, con aspecto hosco y cara de pocos amigos.

Lo hice pasar y le indiqué la ubicación del baño principal, donde faltaba el agua caliente. El hombre me miró de arriba abajo y entonces yo me di cuenta de que estaba vestida solamente con una remera de Víctor, bastante larga, pero que apenas cubría mis nalgas desnudas. El tipo se habrá imaginado que yo era una perra calentona? no estaba muy equivocado?

El hombre estuvo un rato en el baño; luego fue hasta la cocina para inspeccionar el termo tanque y luego de un tiempo regresó diciendo que ya estaba todo listo y arreglado.

"Qué maravilla!!" Exclamé feliz y algo excitada. "Puedo probar?" Le pregunté ansiosa.

El hombre me dijo que no había problema y que él podría esperar a que me bañara, para ver si realmente todo funcionaba bien. Se instaló en la cocina y yo me encaminé al baño.
Estaba disfrutando de una buena ducha templada, cuando pude oír la puerta del baño que se abría. El plomero estaba allí adentro, mirando mi cuerpo desnudo con lascivia.

"Necesita algo?". Le pregunté, sin tratar de cubrirme.

"Quiero verificar que todo quedó arreglado" Respondió, mientras comenzaba a quitarse la ropa muy despacio, sin dejar de regodearse la vista con mi cuerpo.

El hombre entró desnudo a la ducha y me hizo colocar mis manos contra la pared.
Cerró la regadera principal y entonces el agua comenzó a salir por la manguera larga lateral. Desenroscó la tapa de esa manguera y con una mano me abrió los cachetes de mi cola.

"Qué está haciendo?" Le pregunté algo extrañada y preocupada.
"Tranquila, nena? vamos a probar el agua caliente en ese culito tan firme tuyo" Dijo.

Antes de que pudiera contestar o resistirme, apoyó la punta de la manguera en la entrada de mi ano y comenzó a empujar suavemente. Sentí un chorro de agua tibia entrando en mi ano y entonces intenté moverme para evitarlo.
Pero el plomero me apoyó una pesada mano en mi espalda y me inmovilizó.

"Quieta, putita? esto te va a gustar?" Susurró el tipo a mi oído.

De nuevo introdujo la manguera en mi ano mientras me mantenía apretada contra la pared y esta vez pude sentir el agua más caliente invadiendo mi vientre.
De pronto sacó la manguera y ese vacío me provocó algo parecido a un orgasmo, haciéndome gemir de placer. Mi ano dejó escapar toda el agua que había entrado.

El hombre nuevamente me tomó por los brazos y repitió toda la operación.
Cuando volvió a sacarme esa manguera del culo, tuve un orgasmo y caí de rodillas.

Me puse de pie, mis manos volvieron a apoyarse sobre la pared y curvé mi espalda, levantando un poco mi culo. El tipo tenía la verga endurecida, lista para penetrarme.

Me tomó por la cintura y apoyó su endurecida pija contra mis nalgas, haciéndome saber que me iba a sodomizar con ese tremendo pedazo de carne. Separé un poco mis muslos, me afirmé bien contra la pared y esperé el embate.

El tipo comenzó a frotarla suavemente sobre mi raja; luego introdujo dos dedos en mi ano y finalmente suspiró pesadamente y reemplazó esos gruesos dedos por su verga.

"Despacio? es muy gruesa, me duele mucho?" Alcancé a suplicarle entre gemidos.

"Tranquila, putita? duele al principio, pero te va a gustar y vas a disfrutar conmigo"

Empujó un poco más su verga dentro de mi ano y entonces sentí que me llenaba por completo. Me ardía y dolía bastante la penetración, pero sentía al mismo tiempo un placer inexplicable.
Quise bajar mi mano para acariciarme el clítoris con mis dedos, pero el hombre lo impidió.
"No, putita? hoy vas a sentir solamente placer anal, empalada en mi verga?"

Empujó más a fondo y la sacó, para volver a penetrarme enseguida, cada vez más duro. Yo sentía cómo se abría paso, cómo me estiraba por dentro?

Gemía y gemía, me gustaba, le pedía que no me la sacara, que siguiera rompiéndome el culo de esa manera tan brutal?
El plomero comenzó a bombear, con movimientos lentos que luego se volvieron más rápidos y mucho más impetuosos, haciéndome levantar los pies del piso con cada embestida. Entonces tuve una sensación que me hiso temblar. Un tremendo orgasmo recorrió todo mi cuerpo, haciéndome aflojar las piernas.

Caí vencida hacia adelante, apoyando mi cabeza contra la pared donde escurría el agua tibia, mientras el plomero iniciaba su embestida final en mi culo.

De pronto me aferró por la cintura y pude sentir su semen caliente invadiendo mi ano hasta el fondo. El placer que volví a sentir me hizo desmayar bajo la ducha tibia.

Cuando desperté estaba en mi cama, desnuda pero envuelta en una toalla grande.
El culo me ardía y sentía el semen de ese hombre escurriéndose entre mis muslos.

Entonces sonó el teléfono. Víctor quería saber si el tema del agua estaba solucionado.

"Me recomendaron este nuevo plomero? Espero que haya hecho bien el trabajo?"

"Por supuesto!! Muy profesional y atento? me dejó completamente satisfecha?"
Le contesté a mi adorado esposo, antes de verificar si el resto del sistema sanitario funcionaba bien?o hacía falta una nueva visita del plomero?